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El día que Colosio se le apareció en una sesión ocultista a Raúl Salinas y La Paca

Laura Sánchez Ley

Fue en abril de 1994, apenas unos días después de su asesinato en Tijuana. Ahí estaban cada uno por teléfono, una desde Iztapalapa, en una casa azul marino que se construyó frente a un templo cristiano y él, en alguna de sus lujosas casas en Las Lomas.

Dice Francisca Zetina “La Paca” que las reuniones con un hombre tan importante como Raúl Salinas de Gortari, hermano del presidente Carlos Salinas, tenían que realizarse telefónicamente. Y como para Francisca la distancia no importaba o no evitaban que las visiones llegarán, ella aceptaba.

Ese día de abril, mientras sostenían el teléfono, sintió una presencia hasta su casa en Iztapalapa, una delegación del entonces Distrito Federal. Le recorrió el cuerpo la sensación, el mensaje llegaba: había que transmitírselo a su cliente, Raúl.

“Su puerta está manchada de sangre y un justo pide justicia”. Francisca rápidamente comenzó a sentir la presencia de un hombre que estaba metido entre los dos, al menos así lo describe ella.

En una declaración ministerial que hace parte de la carpeta de investigación 003/95 de la entonces Procuraduría General de la República y que ARCHIVERO ha ido desclasificando en partes, los agentes del Ministerio Público revelan un pasaje de los convulsos días de 1994 que involucra un asesinato, brujería y mucha política noventera.

Según “La Paca”, como ella se lo advirtió, el hombre que quería justicia se le apareció a Raúl Salinas mientras hablaban por teléfono. Ese inocente que habían matado era Luis Donaldo Colosio Murrieta, su compañero de partido que había sido asesinado el 23 de marzo de 1994 en un mitin en la ciudad de Tijuana, unas semanas antes de las elecciones presidenciales.

El relato ministerial permite reconstruir la versión de Francisca Zetina “La Paca”, una historia que marcó a una generación de mexicanos, un año de levantamientos armados, asesinatos políticos y una devaluación económica que cambió el destino de la política mexicana y del Partido Revolucionario Institucional, que había gobernado durante 65 años.

Los extractos de su declaración son difíciles de leer, pero este es uno de los pasajes que narra “La Paca” conocida como la vidente de Iztapalapa.

“Que cuando (Francisca) lo ve en el mes de abril 1994 fue por vía telefónica ya que siempre se utilizaba ese medio de comunicación por el ingeniero Salinas. Quien le llamaba para que tuviera su sesión (ocultista)… que enseguida ya entrando en plática le dijo la dicente a Raúl que su puerta estaba manchada de sangre y un justo pedía justicia y que estaba presente en medio de los dos. Que Raúl Salinas se agachó y se le quedó viendo….”

“Que le refirió (Raúl Salinas) que la persona que pedía justicia, que ese inocente que habían matado que era Colosio, estaba presente. Que vio el ingeniero Salinas como de uno de sus sillones se levantaba una persona, notando en su cara una expresión de espanto y no pronunciaba ninguna palabra”.

En el mismo documento judicial, como parte de las averiguaciones de la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio, Raúl Salinas de Gortari aseguró el 17 de julio del año 2000 que las sesiones ocultistas no ocurrieron y que La Paca era una mujer que mentía sistemáticamente.

—Que diga si en el mes de abril de 1994 el declarante se entrevistó con la señora Francisca Zetina para tener una sesión de “ciencias ocultas”.

—Es falso y absurdo las mentiras de la señora se pueden constatar sus declaraciones que existen en la causa 14/95— respondió Raúl al interrogatorio.

Francisca Zetina fue conocida hasta 1995, en ese entonces tenía 46 años cuando fue detenida en Iztapalapa acusada de un despojo. Según investigadores del caso, antes de que le dictaran auto de formal prisión, Zetina los amenazó en los separos de la procuraduría capitalina y les advirtió que “era gente de Raúl”, el hermano del presidente. Ese día les soltó la verdad: durante años había sido la bruja del político.

Según ella, un año antes había sido testigo de apariciones como la de Colosio, pero también del asesinato de otros dos políticos priistas: José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del partido y Manuel Muñoz Rocha, un diputado presuntamente cercano a Raúl Salinas.

En 1995, La Paca contó ante la PGR que conocía a Raúl, pero también a una mujer llamada María Bernal, quien aseguraba que era amante del político mexicano. Ella declaró que María le dijo que el 26 de agosto de 1994, Raúl Salinas le confesó, subido de copas, que matarían al exesposo de su hermana, Jose Francisco Ruiz Massieu.

Pero también que había sido el hermano del presidente el que asesinó al diputado Muñoz Rocha, ya que había sido su complice en el asesinato de su cuñado. La Paca incluso les reveló el lugar donde supuestamente había sido enterrado: El rancho el Encanto.

Gracias a sus declaraciones, fue detenido el 28 de febrero de 1995 y condenado a cincuenta años de prisión, sin embargo obtuvo su libertad en junio de 2005 y fue absuelto de los cargos de autoría intelectual en el homicidio de Ruiz Massieu.

Sin embargo, más tarde se comprobaría que los restos encontrados en El Encanto eran de un pariente de Zetina. Así que “La bruja” fue sentenciada a pasar nueve años y ocho meses de prisión. La Paca obtuvo su libertad hasta 2008, a los 59 años.

En agosto la encontramos: idéntica. El mismo lunar en la frente en medio de los dos ojos, un peinado espectacular de salón y maquillada con cobertura total a las 10 de la mañana. Francisca ya no vive en la misma casa, sin embargo sigue habitando el barrio de Iztapalapa donde su fama la antecede. Para todos es, la Bruja del señor Salinas.

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