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El caso Anastasia Lechtchenko finalmente llegará a su fin 

Laura Sánchez Ley 

Su voz sonaba igual que aquel día. Anastasia con una voz muy tenue y aguda llama desde el penal, pregunta cómo va todo y se interrumpe así misma: desde que está en prisión realmente habla muy poco, así que atropella sus primeras palabras para platicar las novedades de sus compañeras. Que sí se tiñeron el pelo muy feo o se jalaron de los pelos en una pelea por un lápiz labial. 

Han pasado muchos años desde que fue encarcelada y las novedades eran pocas. Dijo que el tiempo en prisión transcurría bastante aburrido. Por eso, las confrontaciones superficiales eran una novedad. Cómo aquella, en el día de la visita, cuando una interna se dio cuenta que no era la única en el corazón de su novio quien visitaba a otra y se armaron los gritos y la lloradera en el patio. 

Finalmente Anastasia entró a ese centro cuando cumplió 19 años: “¿Quién está listo para ingresar a prisión a esa edad?”. Todo lo que no conocí, dijo. Esa fue nuestra última llamada hace 3 años. 

Una noche del año 2015, Anastasia Lechtchenko fue detenida por la policía y presentada inmediatamente como una “joven rusa” que asesinó a su madre y a su hermana. El 25 de junio y antes de su juicio se convirtió en la asesina de su Madre, Yuliya Masney y a su hermanita Valeria. 

Lo que destacaron los medios por ese entonces, era que Anastasia, una joven de 19 años completamente drogada, había llegado a su casa, peleando con su madre Yuliya, una bella pianista ucraniana y acrobata de circo que había emigrado a Tijuana. Entonces, habría tomado de la cocina un cuchillo con el que la mató para después descuartizarla. Lo mismo hizo con Valeria, su hermanita, diagnosticada con una discapacidad múltiple. 

En el expediente que ARCHIVERO ha tenido acceso, quedó asentado que Anastasia dijo que las mató porque sentía piquetes en la espalda y pulsaciones en el cuerpo que no la dejaban dormir. 

“Tenía tiempo que mi mamá se dedicaba a la brujería y mi hermana era una muñeca, su aliada y títere. Y para que no continúen esos trabajos también hay que matarla. Para matar a una bruja, a ese espíritu maligno hay que cortarle partes inferiores”. 

Según la Fiscalía, Anastasia consultó en páginas de internet cómo matar a una bruja y cómo desmembrar un cuerpo. Encontró que para acabar con el encanto tenía que apuñalarla en el corazón.

En el mismo expediente también ha quedado escrito que Anastasia reveló que había sido abusada sexualmente por los policías, quienes la torturaron y le obligaron a decir que su madre y su hermanita eran brujas. Y no fue la única: el primer abogado de oficio que la representó, firma que la joven estaba manifestando cosas irreales e incoherentes. 

“Yo me declaré culpable es el problema. Y la verdad es que yo había consumido drogas y cristal durante cinco días. Así que cuando me detuvieron me dijeron que si me declaraba culpable me iban a sacar”, me dijo por esos días. 

La psicóloga que la recibió en el penal destacó que Anastasia había llegado con perturbación emocional severa, mal funcionamiento del yo, problemas poco usuales y pensamientos propios de psicosis… Que aún hablaba de su madre en presente. 

“Creo que durante dos semanas le marqué a mi mamá porque yo quería hablar con mi mamá. No comprendía qué pasaba, marcaba y marcaba y me mandaba a buzón. Yo me quedaba pensando ¿qué hago? Y otra vez marcaba el número”, me dijo Anastasia en una visita que le hice en el penal de Tijuana en marzo del 2016. 

Sentadas en un salón de eventos en la Penitenciaría La Mesa la joven me confesó que durante 15 días esperó que su madre Yuliya le contestara, que fuera por ella. Hasta que le contestó su padre, Igor, un gimnasta ruso quien le recordó que estaba en prisión por el asesinato de su madre. 

La joven asegura que sí, estaba drogada, pero que cuando llegó a su casa su madre y su hermana ya estaban muertas. 

Tras casi 7 años del crimen, finalmente el caso de Anastasia llegará a su fin: Xochil De la Labra, su abogada pro bono durante este largo tiempo, reveló que tras las demoras por pandemia ya se presentarán en las próximas semanas las conclusiones del caso, por lo que un juez decidirá si Anastasia es culpable o no. 

Y es que a pesar de la confesión que tiene la Fiscalía, nuevas y viejas evidencias nuevamente analizadas y respaldadas, podrían darle un giro al caso. En la revisión realizada por De Labra encontró que en los supuestos cuchillos con los que Anastasia mató a Yuliya hay material genético de otro hombre. 

Docuemento al que se tuvo acceso y forma parte del expediente que revela la presencia de material genético de un hombre en los cuchillos.

“Presentan el perfil genético de un individuo del sexo masculino, el cual no presenta parentesco biológico alguno”, se lee en el expediente de la joven. A esto se suma que en los cuchillos mantequilleros y en las bolsas donde supuestamente habría metido sus cuerpos. no se encontraron sus huellas. 

Por ahí se irá su defensa y las conclusiones que presentará en las próximas semanas su abogada defensora. Anastasia sigue en prisión: intenta leer, pero no tiene quien le envíe libros. Está por cumplir 25 años. Anastasia tampoco recibe visitas pues toda su familia vive en Rusia. 

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