Por Laura Sánchez Ley
Una serie de cables diplomáticos revelaron que mientras el exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna recibió sobornos del cártel de Sinaloa, altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos lo respaldaron y hasta lo consideraban un profesional de la fuerza de investigación policial.
Los cables diplomáticos que salieron de la embajada de Estados Unidos en México entre los años 2006 al 2010 dan detalles de cómo el gobierno estadounidense exaltó la labor del exsecretario al que ahora acusan de colusión con el narco.
En el año 2020 el gobierno de Estados Unidos desclasificó una serie de cables diplomáticos que salieron desde las oficinas de la embajada en México.
Por ejemplo en la comunicación con número ZCZCXRO2139 enviado el 11 de diciembre de 2006 a distintas dependencias entre ellas al departamento de Justicia, la ministra consejera de la Embajada de Estados Unidos en México, Leslie Bassett aseguró que era un enlace de confianza.
“Y un estratega, que aborda cuestiones y problemas como el ingeniero que es. Su reputación personal es muy buena. Ayudó a diseñar un plan de reorganización para transformar la fuerza de PJF altamente contaminada por la corrupción. Es un profesional de la fuerza policial de investigación”.
Un año después en 2007 a través del cable ZCZCXRO9174 que salió de la embajada revelaron que García Luna era tan valorado que incluso tuvo una reunión con el propio Michael Chertoff, Secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
En esta reunión García Luna aseguró que estaría reclutando a más de 8,000 nuevos oficiales. En esa entonces dijo que requeriría un nuevo enfoque para investigar a los oficiales, y expresó la esperanza de que el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos pudiera ayudarlo a establecer programas para asegurar la integridad de su fuerza.
Para el 27 de octubre del año 2009, en otro cable con número VZCZCXRO178 justo antes de la visita de García Luna a una reunión a Washington para tratar asuntos relacionados con el plan Mérida, el Ministro Consejero de la Embajada de Estados Unidos en México, John Feeley lo describe como un actor clave del aparato de seguridad de México.
Hoy el exsecretario de seguridad enfrenta a la justicia de Estados Unidos por colusión con el narcotráfico y protección al cártel de Sinaloa. Su juicio acumula más de 1 millón de pruebas en su contra.
